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Capítulo trece

La gran madre

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-Bienvenidos a la casa de mis antepasados.

 

Aquella voz dulce pero firme les envolvía, como si de pronto fueran recién nacidos. Todo era silencio tras ella, y el bosque entero se había quedado como suspendido en un suspiro. Bilbo quiso pestañear pero no pudo. A Danalí le picaba la oreja pero no podía mover sus brazos. Ulises quería estornudar, pero el picor se había quedado como congelado en la punta de su nariz. Hasta incluso a Ojos Brillantes le resultaba difícilisimo cambiar de pensamiento.

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Una niebla comenzó a crecer entre los árboles.

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Envuelta en un halo de luz brillante, una pequeña figura se acercaba a ellos.

La voz volvió a envolverles, ahora casi como una caricia.

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-Lavaros las manos y sentaos a la mesa.

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Los tocones de los árboles más viejos se convietieron en sillas cubiertas de un suave musgo rizado. Una gran piedra que hasta entonces no habían visto se transformó ante sus ojos en una mesa con platos de barro y vasos de madera. También había una bota de vino, un porrón con limonada y una fuente de algo que parecía sangría.

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La pequeña figura, sin que lo percibieran se había convertido en una anciana alta y delgada pero cubierta por una gran piel de oso. Aquella gran madre se sentó en una esquina de la mesa y se puso a cantar una canción.

 

 

 

 

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Si quieres seguir soñando en brazos de la gran madre Amonavero, no te pierdas el próximo capítulo deeee La vida secreta de las grandes plantas !!!

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